Ayer, 15 de diciembre, en los “Cara a cara” con la profesión que organiza la Unión, tuvimos la oportunidad de disfrutar de un entrañable encuentro con nuestra querida compañera Silvia Marsó. La actriz y cantante compartió con el público sus experiencias profesionales y también personales más importantes de su dilatada carrera.
Silvia nos relató su vocación desde bien joven por el teatro, recordando sus primeras representaciones callejeras en aquel “bonito y mágico” Barrio Gótico de Barcelona. Poco más tarde, siendo aún muy joven logró gran popularidad gracias al mítico “Un, dos, tres…” del maestro "Chicho" Ibáñez Serrador. Sin embargo, Silvia confesó haber rechazado muchas ofertas para trabajar en televisión como presentadora: “Sacrifiqué grandes contratos para conseguir ser una actriz seria y no me arrepiento, quería ser intérprete, no famosa”.
De esta época, Silvia también recordó algunos de sus errores de principiante y advirtió a los más jóvenes del encuentro: “Tened mucho cuidado con lo que firmáis, yo tuve 2 disgustos muy grandes. Procurad que os lo revise siempre un abogado”. “Formo parte de la Unión de Actores y Actrices desde muy joven, desde los inicios del sindicato, siempre ha sido un referente y ha sabido cuidar a nuestro colectivo”, afirmó Silvia.
Gracias a su dilatada trayectoria en cine, teatro y televisión, Marsó intercambió con los asistentes su experiencia en cine, teatro y televisión, compartiendo trucos y consejos para cada uno de ellos: “Son 3 medios en los que interpretar es completamente distinto y eso es algo que no siempre se enseña en las escuelas”. “No hagáis caso cuando os digan que el teatro es lo menos realista, no hay nada más falso y antinatural que el cine, por la limitación de movimiento en función del plano y las marcas que te ponen en el suelo y la exigencia de hablar en susurro o no poderse pisar las frases por cuestiones de sonido. Si no, probad a grabaros interpretando el mismo papel para cine y para teatro”, explicó Silvia.
Sobre los grandes hitos de su carrera, la actriz reconoció tener especial cariño por el papel que hizo en “Casa de muñecas” de Henrik Ibsen. Pero reconoció no tener “ningún personaje u objetivo particular” para el futuro. “Me gustaría hacer cualquier personaje, todos los personajes, incluso los que están por escribir”, confesó Silvia, y lanzó un último consejo: “Es mejor no marcarse metas, sino disfrutar del camino, de cada papel, de cada personaje”.