Llega en el medio de la noche la noticia de la muerte de Anna Lizaran, la querida Anita de tantos, las gran dama del Teatre Lliure, la admirada e irrepetible actriz de innumerables grandes veladas de teatro, y el mundo parece hacerse más oscuro y solitario. Hay que valorarla como la inmensa actriz que era pero nadie que la conociera podrá hoy dejar de llorar sobre todo a la persona. Era Anna Lizaran, que ha muerto a los 68 años en el Hospital Clínic de Barcelona a causa de un cáncer (la misma enfermedad que mató a su hermana mayor Lola en 2003), una mujer de carácter, valiente, fuerte y cabezota, pero a la vez entrañable y tierna, vulnerable, capaz de comerse los escenarios y al mismo tiempo de sentirse insegura ante los retos que una y otra vez acometía –“soy blanda, muy blanda”, decía-.
Fuente y noticia completa en: elpais.com