El año 1980 el madrileño teatro de Lara celebraba el primer siglo de existencia. José Tamayo, en la programación del centenario, estrenó “Contradanza”, una comedia del entonces desconocido Francisco Ors. Se convirtió en un éxito y en un escándalo. El dramaturgo ha fallecido en Zaragoza donde residía últimamente.
Francisco Ors llevó la homosexualidad masculina al teatro español, aunque teniendo como vehículo el personaje de Isabel I de Inglaterra. El actor José Luis Pellicena encarnó a la reina. Sus escenas tórridas con Manuel Gallardo fueron objeto de todo tipo de comentarios. El teatro se llenó porque, además, se trataba de un espléndido montaje escénico. Sé de un par de directores que estuvieron empeñados en los últimos años en reponer esa comedia. No lo lograron. Solo se realizó una lectura dramatizada hace unos años.
En el programa de mano del estreno, escribía el autor:
“Si en Contradanza se propone una sexualidad abierta y unas relaciones de comunicación y amistad amorosa, desprejuiciadas e independientes de la mezquindad que supone el concepto del sexo, ello se incluye en un contexto de reivindicaciones más amplias e importantes y que creo que son ya inaplazables.”
Cuando se estrenó esta comedia ya se habían estrenado en España “Los chicos de la banda” (1975) y “La jaula de las locas” (1977). Pero los autores españoles se resistían a hablar claramente en escena de la homosexualidad. Jacinto Benavente escribió en 1931 “De muy buena familia” en la que, soterradamente, se introducía un personaje homosexual, un anciano, asesinado por un joven que acaba suicidándose. Estos personajes no podían tener otro final entonces. La crítica habló de la exposición de “aberraciones sexuales”. Pero hasta Ors, los escritores españoles orillaron esta sexualidad, salvo que fuera para ridiculizarla en revistas o vodeviles de sal gorda.
El fulgurante debut de Ors tuvo confirmación con otra comedia: “El día de Gloria”. En esta la protagonista era un ama de casa madura que decide romper con todo y liarse con un joven. Toda su familia –aparentemente muy liberales- se escandaliza. Nuevamente introdujo un personaje gay, el joven hijo, con el que debutó teatralmente Fernando Guillén Cuervo. Fue otro taquillazo. Pero en 1985 estrenó “Viento de Europa” y el batacazo fue descomunal. Francisco Ors desapareció de la escena pero se convirtió en una especie de leyenda de las reivindicaciones homosexuales.
Ors estudió farmacia en Granada. Durante la carrera fue pastor de ovejas, pintor de paredes y hasta bailarín de flamenco en el Albaicín. Fue guionista de televisión y un espíritu totalmente adelantado a su tiempo.
Seguramente su residencia en Zaragoza durante los últimos años se debió a que se estableció su hermana Paquita una conocida farmacéutica y creadora de una línea de cosméticos.
Antonio Castro