Este viernes 29 de octubre ha fallecido Marcelino Camacho, sindicalista pionero en nuestro país, fundador e histórico primer líder de CCOO. Dedicó toda su vida a la lucha por los derechos de los trabajadores, la justicia social y la libertad, desde su lucha por la República durante la Guerra Civil, en la clandestinidad, las cárceles y el exilio durante la dictadura, y en las instituciones durante la Transición y la Democracia. El pueblo y la sociedad española quedan en deuda con su figura y su sacrificio.
HOY, a primera hora del 29 de octubre, en la víspera del centenario del nacimiento de un poeta que murió en la cárcel como Miguel Hernández, ha fallecido Marcelino Camacho, fundador de CCOO y a quien también se ha definido como precursor del sindicalismo moderno en España. Marcelino Camacho también sufrió la cárcel por sus convicciones políticas y sindicales. Alguien que desde el exilio, la otra grave consecuencia de estar en contra del poder dictatorial, decidió volver a luchar en su campo, el del trabajo, sabiendo a lo que se exponía en la España franquista.
Si el sindicalismo está hoy de luto, lo están todos los trabajadores, y deberían estarlo especialmente los jóvenes por el hombre que ha muerto a sus 92 años, y que luchó durante muchos de ellos (14 desde las celdas) por tener el país democrático que hoy tenemos. Aún así él era el primero en reconocer y denunciar que falta mucho por hacer en la lucha por una sociedad más justa, hasta el final de su vida.
Cuando se celebraron sus noventa años, recibió el cálido homenaje de gobernantes, líderes políticos, sindicalistas y sobretodo del pueblo trabajador afiliado en su gran mayoría a sus Comisiones Obreras. En ese homenaje en vida organizado por la Confederación de CCOO estuvo presente la Unión de Actores, con la participación de destacados afiliados como Aitana Sánchez-Gijón y Juan Margallo, que se encargaron respectivamente de la presentación y la coordinación de ese emotivo acto, o como Nuria Espert y Pilar Bardem, que intervinieron destacando el papel histórico de Marcelino.
CCOO de Madrid le rindió su propio homenaje a Marcelino Camacho bautizando con su nombre su conocido auditorio de la calle Lope de Vega. Ahí le despiden sus compañeros hoy con una capilla ardiente pública y a ese homenaje nos adherimos con todo el afecto y el respeto de quienes creemos en la importancia de su trabajo, y también de sus principios. En momentos en que se critica desde tantas esferas la validez de los sindicatos, negando su importancia, más valdría repasar la historia de un hombre como Marcelino para que hoy más que nunca se valore lo conseguido para saber que hay que seguir luchando por mantenerlo y mejorarlo. Lo que se consigue es para todos, aunque el sacrificio sea personal, como ha sido su caso. Es parte de la lucha.
Jorge Bosso, Secretario General Unión de Actores de Madrid