Rosa Mary dejó de venir al sindicato, como hacía regularmente a pesar de sufrir una enfermedad que desde hacía muchos años le dificultaba moverse y desplazarse. Solía venir cada dos semanas con su inseparable andador. Entonces descubrimos lo que más nos temíamos, lo único que podía hacer que ella, con su férrea voluntad, dejara de salir de casa. Falleció en abril de 2009.
No podemos hacer otra cosa que homenajear a una mujer que, en una época oscura en que le tocó vivir, la posguerra y el franquismo, ya desde niña comenzó a trabajar en radio-novelas. Apostó por una profesión difícil y poco aceptada, sobretodo para una chica, experimentando con el teatro y haciéndose profesional de la radio. Interpretó durante años a los personajes infantiles por la versatilidad con que usaba los tonos agudos de su voz. Pero poco a poco y desde joven, tuvo que dejar de trabajar debido a una enfermedad degenerativa, que suponemos fue también la razón por la que no pudo formar una familia.
Pero a pesar de todo, años después se afilió al sindicato, convencida de que este mundo que tan difícil se lo puso a ella se puede cambiar, si no nos rendimos. Asistía a las asambleas y reuniones haciendo un esfuerzo físico encomiable, mientras la gran mayoría de compañeros y compañeras no aparecían, ya sea por trabajo, otras ocupaciones, o tal vez desinterés. Pero ella nunca pidió nada a cambio. Simplemente dio todo lo que pudo hasta su último día. Un ejemplo para quienes la conocimos, que esperamos no quede en el olvido.