El pasado lunes 15 de septiembre, siguiendo lo decidido en la Asamblea de la Profesión, se ha organizado en la Unión de Actores y Actrices una jornada para debatir el papel de las salas de pequeño formato y su encaje dentro del nuevo convenio colectivo.
Tras un gran debate, animado y en muchos momentos polémico, podemos empezar a vislumbrar cuáles son las líneas de trabajo respecto a esta escena que ha vivido un auge en Madrid durante los últimos tiempos. Gracias a los ponentes pudimos tener el reflejo de los tres protagonistas de este sector.
Las salas, como espacios de creación y gestión cultural, expresó el Vicepresidente de la Coordinadora de Salas Alternativas, Fernando Sánchez Cabezudo, sobreviven haciendo malabares y siguen creando públicos pese al IVA, las dificultades con las licencias y la necesidad constante de innovación.
Las compañías que, en palabras de su Presidente, Gustavo del Río, están mirando sobre un futuro incierto en el que es necesaria mucha autocrítica por parte de todos para evitar caer en un teatro de mera resistencia, que sea cooptado por unas administraciones, las cuales solo recogen los frutos sin favorecer una política cultural abierta y plural.
Los actores y actrices que, como defendió el Secretario General de la Unión, Iñaki Guevara, tienen que moverse entre la desesperación del que no tiene espacio donde actuar y la defensa de la profesionalidad y de los derechos conquistados. La profesión, además, es plenamente consciente que, sin el apoyo de las administraciones será compleja la viabilidad de este sector emergente.
Es por ello que la Unión de Actores y Actrices toma las diferentes posturas y analiza que es necesario que el sector de las salas de pequeño formato se actualice y reconozca que la actual regulación no responde a las necesidades del sector en ninguna de sus vertientes. En ese sentido, apostará por una regulación de mínimos que garantice la viabilidad a la vez que los derechos, entendiendo que la interrelación existente entre actores y actrices con las compañías hará que los salarios no se limiten al mínimo en los casos en que los diferentes presupuestos lo permitan.
De igual manera, reconoce la necesidad de trabajar todos juntos por la defensa de la creación contemporánea y el mantenimiento de un tejido cultural que sostenga toda la creación que se da en nuestra ciudad, la cual entendemos que tiene que ser protegida y potenciada por las distintas administraciones públicas.